En el mundo hay una fractura cada 3 segundos y una fractura vertebral cada 22 por causa de la osteoporosis. Las fracturas por fragilidad son un problema.
La osteoporosis es una enfermedad crónica y progresiva caracterizada por una pérdida de masa ósea que debilita los huesos y los vuelve porosos, frágiles y propensos a fracturarse. Se calcula que una de cada seis mujeres y uno de cada diez hombres mayores de 70 años sufrirá una fractura osteoporótica.
La fractura provoca una grave pérdida de la calidad de vida. El 20 por ciento de las personas con fractura de cadera fallece al cabo de un año. El 40 por ciento de quienes no fallecen no pueden caminar por sí mismas y el 59 por ciento requiere ayuda pasado un año del accidente.
En México únicamente el 20 por ciento de pacientes conoce que padece osteoporosis y, de ese grupo, solo el 30 por ciento recibe un tratamiento adecuado, aunado a que el 70 por ciento aún no ha sido diagnosticado.
La mayoría de las mujeres no sabe que tiene osteoporosis debido a que es una enfermedad silenciosa, que no presenta síntomas. Por consiguiente, la primera señal se presenta cuando se fracturan un hueso.
Ante el confinamiento que se está llevando a cabo en buena parte del mundo, especialistas recordaron la importancia de que el paciente no abandone su tratamiento y, sobre todo, que se aleje del sedentarismo.
Existen una serie de factores modificables que permiten detener el avance de la osteoporosis. Uno de ellos es mantener al cuerpo en movimiento, puntualizó Andrea Olascoaga, médico especialista en rehabilitación ortopédica.
Actividad física no es lo mismo que ejercicio; la actividad física es cualquier actividad coordinada incidental como puede ser el trabajo que se realiza en el hogar o una caminata, mientras que el ejercicio es una actividad planificada, estructurada y repetitiva con un propósito específico.
A lo largo de la vida la masa ósea se va modificando, siendo la vejez y la etapa postmenopáusica donde hay un descenso muy importante, así que es importante que las mujeres –quienes son más propensas a padecer esta enfermedad— muevan su cuerpo, pues se sabe que tanto la actividad física como el ejercicio son piedras angulares tanto en la prevención como en el tratamiento no solo de la osteoporosis sino de múltiples enfermedades crónicas.
El ejercicio ayuda a prevenir la osteoporosis, pero debe iniciarse a edades tempranas de la vida para estimular el crecimiento óseo y elevar ese pico lo más posible y preservarlo.
Como tratamiento en pacientes con osteoporosis se pueden alcanzar beneficios como incremento de la masa ósea y muscular, incremento de fuerza y función. Además de un abordaje muy importante en la coordinación y en la estimulación del control motor que va asociada a la corrección de postura. “Todo esto ayuda a una importante disminución en el riesgo de caídas” precisó Olascoaga.
Los osteocitos son las células más pequeñas del cuerpo que responden al ejercicio. Los osteocitos tienen receptores específicos que captan los impactos o los estímulos mecánicos y los traducen a una serie de cascadas químicas que ayudan en la mejora de la densidad tanto en la cantidad como en la calidad del hueso.
Los osteocitos captan los estímulos mecánicos, esas señales van descritas como fuerzas de reacción articular
Ejercicios que pueden realizarse mediante el uso de pesas o bandas de resistencia o ligas. Su objetivo es la hipertrofia muscular o crecimiento de los músculos y fuerza sin dejar de lado el impacto que hay directamente en el hueso.
Existen múltiples versiones de estos ejercicios que pueden realizarse incluso con la carga del peso del propio paciente o ejercicios de equilibrio que pueden ir asociados a la resistencia progresiva que significa el incremento de carga y fuerza. Estos ejercicios deben ser individualizados.
La buena noticia es que el simple hecho de salir a caminar ha demostrado que tiene un efecto benéfico directo en el hueso, pero la mala es que se tiene que caminar por un largo tiempo para lograr que haya un incremento en el porcentaje de la densidad mineral ósea. Algunos estudios hablan de unas cuatro horas al día. Pero de todas maneras la caminata es sana y segura.
Básicamente son saltos cortos, hay una gran variedad de saltos que van a incrementar la densidad ósea y ayudan a disminuir el riesgo de caídas.
Estos aparatos se hallan en múltiples gimnasios desde hace dos décadas y generan un estrés dentro de todo el sistema músculo-esquelético y tiene movilidades vibracionales en sentidos vertical y horizontal, así como movimientos rotacionales y combinados que también han demostrado un efecto en la densidad mineral ósea.
Para ser un estímulo de crecimiento en el hueso es muy importante que haya una combinación de cargas de alta magnitud, de velocidad rápida, que los movimientos sean variados y haya cambios constantes y que sea progresivo.
Todo esto se halla en lo que se conoce como programas multicomponente que, dicho de una forma sencilla, es una mezcla de ejercicios que han demostrado una respuesta positiva en el hueso.
“Pero lo más importante es que cada rutina sea individualizada, no a cualquier paciente lo puedo poner a hacer un ejercicio parado o acostado boca abajo” precisa.
Las rutinas deben llevarse a cabo tres veces a la semana como mínimo en sesiones que no sean menores a 30 minutos. Los cambios podrían verse después de un año de practicarlas.
El miedo a un contagio de coronavirus está ocasionando que infinidad de personas con osteoporosis no acudan al médico y abandonen su tratamiento, lo que podría ser fatal.
La baja adherencia al tratamiento redunda en un 50 por ciento de aumento en fracturas, alerta Salomón Jasqui Romano, nefrólogo internista. “Los medicamentos son buenos, pero no funcionan si no son tomados”.
Rolando Espinosa, médico internista y reumatólogo y presidente de la Asociación Mexicana de Metabolismo Óseo y Mineral, recordó que la mayoría de los pacientes deja de lado su tratamiento porque suelen ser largo (hasta diez años) y, sobre todo, porque es una enfermedad indolora, así que consideran que no hay peligro.
Otros factores que conducen al abandono del tratamiento son:
“La aspirina es el medicamento más usado en el mundo, pero si la gente leyera sin sentido crítico que entre sus contraindicaciones está la perforación del intestino, el asma o la disfunción renal seguramente nadie la tomaría. La gente debe entender que los médicos prescribimos tal o cual medicamento con conocimiento y con experiencia”.
Elegimos los medicamentos que hayan demostrado eficacia y que sean seguros, pues van a ser usados largo tiempo, puntualiza José Luis Neyro Bilbado, médico especialista en ginecología y obstetricia durante su participación en el Virtual Osteporosis Summit, un seminario virtual ogranizado por la farmacéutica Amgen para profesionales de la salud.
Los especialistas recordaron que en la actualidad los pacientes puedes echar mano de la tecnología para mantenerse en contacto con su médico tratante sin salir de casa; otra opción —la cual debe ser fomentada por los profesionales de la salud— es enseñarles a los pacientes a autoadministrarse su tratamiento, que suele ser inyectado.
