Investigadores españoles han publicado en The Lancet Healthy Longevity uno de los mayores estudios realizados hasta ahora sobre los superagers o superancianos, aquellos que casi tienen 80 o más y pueden recordar eventos cotidianos y experiencias de la vida como alguien de 20 a 30 años más joven.
Y podrían representan una clave para avanzar en el envejecimiento saludable y en el estudio de las enfermedades asociadas a este como las demencias, el alzheimer o el parkinson.
La investigación, encabezada por Marta Garo-Pascual, del Centro de Alzheimer de la Fundación Reina Sofía, sugiere que ese grupo tiene más probabilidades de tener una mayor velocidad de movimiento que el resto de ancianos, además de tasas más bajas de ansiedad y depresión.
De acuerdo a Bryan Strange, de la Universidad Politécnica de Madrid y director del estudio publicado.
Los superagers, «no solo tienen un capacidad cognitiva similar a la de una persona de unos 50 años, sino que son mucho más ágiles». Es decir, señala, «poseen una capacidad de movimiento mucho más rápida para tareas cotidianas que la de adultos sanos de su misma edad. Y sus tasas ansiedad y depresión también son mucho menores».
“Nuestros hallazgos sugieren que los superagers son resistentes a estos procesos, aunque las razones precisas aún no están claras.
Al examinar más los vínculos entre el superenvejecimiento y la velocidad de movimiento, es posible que podamos obtener conocimientos importantes sobre los mecanismos que permiten la preservación de la función de la memoria hasta edades avanzadas”, explicó Marta Garo-Pascual.
Todos los superagers y adultos mayores típicos tenían 79,5 años o más. La mayoría de los superagers eran mujeres (38/64, 59%), al igual que la mayoría de los adultos mayores típicos (35/55, 64%).
Ambos grupos fueron analizados mediante un test que se utiliza para evaluar la función de la memoria de las personas: Free and Cued Selective Reminding Test (FCSRT).
Los resultados mostraron que el rendimiento de los superagers era como mínimo tan bueno como el de una persona promedio con el mismo nivel educativo y unos 30 años más joven, mientras que la actuación de los otros octogenarios se encontraba dentro de un rango normal para su edad y educación.
A lo largo del estudio se hizo un seguimiento a los participantes de seis visitas al año, durante las que se registraron factores demográficos y de estilo de vida.
Las resonancias magnéticas se suman a la evidencia de que estos tienen más materia gris en regiones clave vinculadas a la función de la memoria y en una parte del cerebro implicada en el movimiento, indica el estudio.
El nivel general de materia gris en áreas clave de ese grupo también se degeneró más lentamente a lo largo de cinco años que en los ancianos.
Además, no se detectaron diferencias en biomarcadores o factores de riesgo genéticos para enfermedades neurodegenerativas en ninguno de los dos grupos.
Esto sugiere que los superancianos son resistentes a los procesos relacionados con la edad que conducen al deterioro de la memoria.
Los resultados de las pruebas sugieren que los superancianos son resistentes a los procesos asociados al envejecimiento que conducen al deterioro de la memoria.
Los superagers refirieron que su estilo de vida en la mediana edad era por lo general bastante activo, que disfrutaban de un sueño de calidad y también era más probable que tuvieran formación musical que el resto de la gente de su edad.
El estudio tiene algunas limitaciones, como han reconocido sus autores, y es que, al tratarse de un estudio observacional, no es posible afirmar si los factores reportados tienen algún efecto directo en el superenvejecimiento.
Con información de ABC