Para los millones de personas que dependen de los medicamentos para controlar la presión arterial, tomarlos en la noche en vez de en la mañana podría proteger mejor su corazón.
En un estudio reciente de más de 650 personas con enfermedad renal, las que tomaban el antihipertensivo por la noche tuvieron 33% menos complicaciones —infartos, ataques de apoplejía e insuficiencia cardiaca— en un lapso de cinco años que las que lo tomaban en la mañana.
Otros estudios han confirmado el efecto protector de tomar los fármacos en la noche, dice David J. Frid, cardiólogo de la Clínica Cleveland. “Al despertar, hay un aumento súbito de la presión arterial y el ritmo cardiaco”, explica.
“Tomar medicamentos por la noche mantiene un buen nivel de protección a la mañana siguiente, cuando el corazón se esfuerza más”. Los expertos creen que las estatinas y los antidepresivos también podrían ser más eficaces si se tomaran en la noche, pero no hay que cambiar el horario de las tomas sin la aprobación del médico.
Uno puede tener la presión arterial por los cielos y no darse cuenta, a menos que se la mida, y, aun así, es difícil saber las cifras exactas. Los valores pueden variar entre 30 y 40 puntos a lo largo del día, con descensos por la noche y ascensos por la mañana.
Las directrices oficiales son sólo una guía para médicos y pacientes “porque cada persona es distinta”, dice el doctor Townsend, experto en hipertensión. En quienes tienen bajo riesgo cardiovascular, las cifras moderadamente altas de PS pueden ser aceptables.
Ingerir menos sal y comer muchas frutas y verduras puede bajar la presión arterial hasta cinco puntos. Adelgazar también ayuda. Los estudios indican que reducir cinco kilos de peso puede bajar la presión más de cuatro puntos.
Si tienes presión arterial ligera o moderadamente alta, adoptar hábitos saludables podría librarte de tomar fármacos.
