Como cada año, desde 1965, Selecciones realiza el Gran Sorteo Reader’s Digest de un millón de pesos. Es un sorteo que ha pasado de generación en generación y a diferencia de muchos sorteos, ¡este...
Es un sorteo que ha pasado de generación en generación y a diferencia de muchos sorteos, ¡este es totalmente verídico! En cada edición nos acompaña un interventor de la Secretaría de Gobernación para atestiguar que todo el sorteo transcurra con toda credibilidad.
Me siento motivada a seguir suscribiéndome a Selecciones porque me gusta mucho leer. En esta revista encuentro todo lo que a mí me agrada: las historias que incluye, que son muy bonitas, Enriquece tu vocabulario, La risa, remedio infalible, los avances en medicina, los testimonios… Tiene mucho contenido humano.
También tengo la colección de libros. No sabría escoger alguna historia que sea mi favorita; simplemente, todas las que he leído han sido muy buenas.
Tengo 70 años. Enviudé a los 34, con 10 hijos (nueve mujeres y un varón). Desde entonces me dediqué a trabajar; hace pocos años que dejé de hacerlo. Todas mis hijas tienen una profesión; algunas ya están casadas.
Tengo 37 nietos y 27 bisnietos. En cierta ocasión una de mis nietas me preguntó por qué no escribía un libro sobre mi vida.
Me han pasado cosas muy tristes, pero también otras felices e interesantes. Tal vez valga la pena que lo escriba.
La llamada del millón de pesos
Entré al sorteo al solicitar un medidor de presión arterial. Con eso entró mi número. No sólo compro la revista y libros, sino todo tipo de productos que ofrece Selecciones. ¡Soy compradora compulsiva de las cosas que me hacen falta!
Había ido a misa cuando me llamaron por teléfono para notificarme que había ganado. Cuando regresé a casa, mi hija Alma me dijo que una persona de Selecciones quería hablar conmigo. Le respondí que debió haber tomado el recado para saber qué se les ofrecía, pero dijo que esa persona insistió en que querían hablar conmigo.
Nunca imaginé de qué se trataba. Cuando por fin me comuniqué con ellos, me dijeron que era la ganadora. Pensé que era una broma. Entonces me ganó la emoción. Pensé: “Dios mío, después de tanto trabajo y tanto sufrimiento, al fin viene una recompensa”.
Acaban de operarme hace un mes, del carpo. De momento no puedo sujetar nada. El dinero del premio me ayudará con algunos gastos extras de la operación y la rehabilitación a la que voy. Pero mi gran sueño es ir a Tierra Santa, si Dios me da permiso. ¡Ya me dio los medios!
A otros lectores les digo que no dejen de comprar la revista y los productos de Selecciones.
¡Este premio es verdad! Arriésguense y nunca dejen de ser suscriptores, porque algún día también les va a tocar.
Si lo dice Selecciones es por que es cierto y no lo dudes. La credibilidad para esta empresa de más de 75 años es fundamental. Todos y cada uno de los premios que entregamos tienen el aval de la Secretaría de Gobernación.
Ahora te presentamos a los ganadores de otros sorteos Selecciones. ¿Te imaginas ganar estos premios? Gracias por ser parte de la gran familia Selecciones y si aún no lo eres… ¿qué esperas?
José Ortega – Ganador de 250,000 pesos
Según recuerdo, empezamos a leer Selecciones porque un vecino nuestro estaba suscrito (en aquel entonces vivíamos en Michoacán). Compartía la revista con nosotros, y nos gustaba mucho el contenido. Nos suscribimos en 1982. Cuando nos mudamos a Chihuahua, hace seis años, llevamos la suscripción con nosotros.
De Selecciones me gusta casi todo. Sus secciones y reportajes son amenos e interesantes. Me gustan los libros, en especial cuando narran la historia de algún personaje en particular. Toda mi familia lee la revista completa.
Siempre hemos leído todos los artículos de la revista, que me parecen importantes e interesantes. Empezamos por las secciones fijas, como La risa, remedio
infalible y Entre niños; luego pasamos a los artículos de salud, y de ahí al resto de la revista hasta terminarla.
No hay un texto que no sea bueno; todos son interesantes.
Me enteré del premio por mi hijo. No estaba en casa y no tenía buena señal de celular, así que mi hijo contestó y luego me llamó para avisarme que había sido bendecido con un premio.
No lo creí. Volvieron a llamar y dijeron que todo era cierto, que estuviera totalmente seguro de que me estaban diciendo la verdad y que no querían engañarme. Les creí cuando me solicitaron documentos para acreditar el premio ante Gobernación.
Sé que gané el premio por mi suscripción a la revista. Nos han llegado catálogos de productos y hemos hecho algunos pedidos, pero este premio lo obtuve gracias a ella. No pude asistir a la premiación en la Ciudad de México porque tuve una operación quirúrgica en abril.
Me dijeron que tenía que asistir personalmente, pero obtuve un certificado médico que indicaba que no podía viajar. Así que, el 19 de julio, un representante de Selecciones y otro de Gobernación me visitaron en casa, con los papeles para hacer los trámites. ¡Recibí el premio antes que nadie!
Debido a la operación, hemos tenido muchos gastos, al igual que en la rehabilitación. El dinero del premio me ha servido para solventar esos gastos. El dinero está a buen resguardo en una cuenta de ahorros, pero llegó en el momento justo y ha sido una ayuda muy grande para todos.
Mi mensaje a otros lectores es sencillo: ¡suscríbanse a la revista! Es muy interesante y amena, y da mucho aprendizaje y mensajes.
Hay mucha información que creemos saber, pero que en realidad desconocemos. La revista Selecciones siempre ofrece algo interesante que podemos aprender.
Juan Ángel Acosta – Ganador de 50,000 pesos
Mi abuelita materna leía Selecciones desde los años 60. Ella fue quien me heredó el gusto. Yo me suscribí en 1980. De la revista siempre me han gustado los libros condensados porque están muy bien elegidos para entretenernos y hacernos pasar un buen rato.
Me gustan La risa, remedio infalible y las otras secciones fijas. En realidad, toda la revista me gusta.
Para mí, renovar la suscripción a Selecciones es muy interesante. Soy médico ginecólogo y tengo un consultorio. Dejo ejemplares de Selecciones en la recepción y la gente los lee; a veces, lamentablemente, se roban algunos de ellos, pero eso quiere decir que es una revista que les interesa.
Así que son dos situaciones: a mí me agrada la revista, y a la gente que va a mi consultorio también le gusta y la comparte. Soy un médico de la vieja guardia, especialista desde 1984. Ya son muchos años de profesión.
La vida de un médico es un poquito difícil, y muchas veces, después de leer sobre cuestiones médicas, es un remanso leer algo ameno y fácil de digerir, como Selecciones. Mi esposa se llama María Eugenia Meza Jerez, y también es médica. Tenemos dos hijos.
Estaba trabajando cuando me avisaron que había ganado este premio. Lo creí desde el principio. En el fondo, cuando uno enviaba antes su correspondencia por correo (lo que hoy se hace por teléfono), uno pensaba que sí podía ser cierto.
Me dio mucho gusto saberlo. El producto que compré y con el que entré al sorteo fueron los libros condensados. Los compro regularmente, y todavía no leo muchos de ellos por falta de tiempo. Cuando salimos de vacaciones, me llevo uno o dos tomos, ¡y a leer!
Todavía no hemos pensado qué haremos con el premio. Quizá viajemos a la Ciudad de Nueva York. Lo hemos deseado desde hace año y medio, y todavía no podemos hacerlo.
Tengo un mensaje para otros lectores y suscriptores: esto es cierto. En primer lugar, están comprando y disfrutando un producto de uso diario para entretenerse. Muchos artículos son realmente buenos.
Somos muy críticos en cuestiones de medicina; vemos que los artículos están apoyados en estudios y no dicen cosas que no deberían decir. Así que sigan disfrutando de la lectura y, si tienen suerte, como yo la tuve, ganarán un premio… aunque el primer premio es disfrutar los libros y la lectura.
María Eugenia Meza Jerez, esposa de Juan Ángel Acosta
Tenemos un hijo de 26 años en la actualidad. Cuando tenía 10, nos costaba mucho trabajo hacer que leyera. En la colección de libros condensados encontré una novela llamada “El hombre que les susurraba a los caballos”, que me pareció maravillosa.
Como era un niño rebelde e inquieto, le dije que lo leyera porque le iba a gustar. Desde entonces se enganchó con la lectura. ¡Ahora siempre trae un libro en la mano!
