En el municipio de Soledad, un pueblo lejano de la ciudad de San Luis Potosí, Doña Cristina Jalomo llevó su masa de nixtamal al molino del pueblo. En ese lugar también se molían chiles cascabel, un tipo de chile típico de esa localidad. Lo que Doña Cristina no contaría es que su masa sería contaminada con el picor y color de los chiles, lo que provocó un sabor muy especial que conquistó a su familia primero y, después, a sus vecinos. Así fue como aparecieron las famosas enchiladas potosinas en el mapa culinario de México, según el portal de los sabores de México.
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