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Lo que tienes que saber sobre la esquizofrenia y el coronavirus
La juventud de César fue muy diferente a la de la mayoría de las personas. Su madre fue diagnosticada con esquizofrenia a los 30 años.
La juventud de César fue muy diferente a la de la mayoría de las personas. Su madre fue diagnosticada con esquizofrenia a los 30 años.
La juventud de César Arévalo fue muy diferente a la de la mayoría de las personas. ¿El motivo? Su madre fue diagnosticada con esquizofrenia cuando tenía 30 años.
Cuando piensa en ella la recuerda riendo demasiado, diciendo incoherencias y, sobre todo, mentiras. “También tenía alucinaciones y cambios bruscos de ánimo; yo la veo como una niña” dice César.
Esta enfermedad suele aparecer durante la adolescencia, explica el Dr. Ricardo Arturo Saracco Álvarez. Por lo general se mantiene durante toda la vida y son contadas las personas que remiten.
“La mente se divide, está escindida, hay un quiebre psicótico tras el cual la persona ya nunca vuelve a ser la misma” precisa. La esquizofrenia se define como una alteración en el funcionamiento cerebral.
El cerebro contiene miles de millones de neuronas o células nerviosas. Cada neurona tiene ramificaciones o terminales que transmiten y reciben mensajes de otras neuronas. Conoce cómo vive y piensa una persona con esquizofrenia.
Esas terminales producen sustancias químicas llamadas neurotransmisores, las cuales llevan los mensajes de la punta de una terminal hasta la punta de la otra. En el cerebro de los pacientes con esquizofrenia existe una alteración en ese sistema de comunicación.
La esquizofrenia es un trastorno mental grave caracterizado por una distorsión del pensamiento, percepciones y emociones, según la definición de la OMS. El lenguaje, la conciencia propia y la conducta también sufren distorsiones.
Algunas de las experiencias más frecuentes son las alucinaciones —oír voces o ver cosas inexistentes— y los delirios, que son creencias erróneas y persistentes.
También hay un comportamiento gravemente desorganizado o catatónico (alteraciones del movimiento), así como síntomas negativos que no dependen de la voluntad.
“Los síntomas negativos que son síntomas deficitarios como demostrar su afecto de manera adecuada, ausencia de voluntad, sin interés en ninguna actividad” explica el también miembro de Avalon Vinculación Médica Salud Mental.
Antes de su aparición se notan un desempeño pobre tanto en el ámbito académico como en el social. Se aprecian alteraciones transitorias en el desarrollo y después aparece el primer episodio psicótico.
Alrededor del 1 por ciento de la población del mundo padece esquizofrenia. En México hay aproximadamente un millón de personas. Entre el 15 y el 25 por ciento son hombres y entre el 20 y el 30 por ciento son mujeres.
Algunos de los factores que ayudan a que aparezca son:
“La carga genética es importante, pero no determinante” precisó el especialista. La merma en la calidad de vida de estas personas es muy importante. Se sabe que el 10 por ciento recurre al suicidio.
Los pacientes con Covid-19 presentan infinidad de manifestaciones clínicas. Hay desde formas asintomáticas hasta cuadros muy graves de distrés respiratorio y falla multiorgánica. Las manifestaciones neurológicas se han reportado hasta en el 36,4% de pacientes con esta enfermedad.
Las manifestaciones neurológicas ocasionadas por este virus pueden deberse a mecanismos como:
Estudios demuestran que el virus penetra la barrera hematoencefálica, dice Saracco Álvarez. Dicha barrera controla y restringe el paso de sustancias tóxicas entre la circulación sanguínea y el fluido cerebral.
El 70 por ciento de las personas con esquizofrenia tiene comorbilidades, así que se vuelven más propensos a tener un desenlace peor cuando padecen Covid.
Se sabe que esta población tiene un alto porcentaje de diabetes, EPOC, obesidad, dislipidemias. “Además, entre el 70 y el 90 por ciento de los pacientes fuma, lo que aumenta el pronóstico desfavorable”.
Es sabido que las personas con esquizofrenia tienen entre 2 y 5 veces más probabilidades de morir a una edad temprana que el conjunto de la población. Esto se debe en general a enfermedades físicas como padecimientos cardiovasculares metabólicas e infecciosos.
Y en esta pandemia tienen una mayor dificultad para seguir las medidas de higiene y otras recomendaciones que disminuyen los riesgos. “Esto hace que la persona se vuelva más vulnerable; además tienen una pobre red de apoyo así que se contagian con más facilidad si están expuestos”.
Más del 50 por ciento de las personas con esquizofrenia no está recibiendo una atención apropiada.
El 90 por ciento de quienes no reciben tratamiento vive en países de renta media y baja donde la falta de acceso a servicios de salud mental es un problema importante. Por otro lado las personas con esquizofrenia son menos proclives a solicitar asistencia que el resto de la población.
Además, existe evidencia de que los hospitales siquiátricos a la antigua usanza no son eficaces a la hora de proporcionar el tratamiento que necesitan las personas con trastornos mentales y violan sus derechos humanos básicos.
Las personas con esquizofrenia necesitan recibir tratamiento de por vida. Debe destacarse que el tratamiento temprano ayuda a controlar los síntomas antes de que se desarrollen complicaciones más graves, así que se mejora el pronóstico a largo plazo.
Por lo regular el paciente con esquizofrenia requiere de una combinación de tratamientos farmacológicos y psicoterapia. Los tratamientos son necesarios para reducir los síntomas de la esquizofrenia y la terapia ayuda a que la persona comprenda la enfermedad y no se aleje de la sociedad.
Si la esquizofrenia no se trata adecuadamente, la afección empeora rápidamente y necesita hospitalizaciones frecuentes, lo que tiene un efecto negativo en el bienestar del paciente y en el de su entorno.
Los antipsicóticos son los medicamentos usados para el tratamiento de la esquizofrenia. Actualmente existe una amplia variedad de antipsicóticos y el objetivo es conseguir la dosis óptima que produzca una mejor una mejoría clínica con los menores efectos secundarios.
Interrumpir o tomar de modo de regular el tratamiento farmacológico aumenta el riesgo de sufrir recaídas, las cuales disminuyen la independencia de la persona así como sus capacidades.
Por este motivo en los últimos años los nuevos enfoques científicos se han centrado en el desarrollo de formas de acción más prolongada para los antipsicóticos atípicos existen lograr que el tratamiento sea fácil de seguir y más cómodo para los pacientes.
César dice que no vive como una persona común, pero que gracias a una terapia psicológica ya entendió la enfermedad. “El cuidador es quien hace las cosas más fáciles o más difíciles, porque si el paciente te ve mal se pone mal” cuenta.
Sigue existiendo la necesidad de un diagnóstico más temprano y oportuno, precisa Nuria Marcos, directora médica de Lundbeck en México América Latina y el Caribe durante el seminario ‘Salud mental, un desafío en tiempos de Covid-19’.
Debido a su complejidad, la esquizofrenia es un trastorno ampliamente subdiagnosticado e incomprendido, lo que a su vez abona al estigma social. De acuerdo con datos de la farmacéutica sólo el 32 por ciento de los pacientes mexicanos tiene diagnóstico y sólo un 19 por ciento recibe tratamiento.
Las personas con esquizofrenia viven unos 20 años menos. “Mueren de lo mismo que el resto de las personas, pero antes. Ocurre algo que se llama doble negligencia, no tienen los requerimientos mínimos, o si van al hospital a veces los rechazan por ciertos estigmas” explica Judith Navarro, directora de marketing digital de Lundbeck.
Profesionales médicos, pacientes, familiares y comunidad en general que deseen contenido de alto valor científico sobre esquizofrenia, Alzheimer y depresión pueden ingresar a Progress in mind, la cual busca mejorar la vida de los pacientes.
Cualquiera puede tener acceso de forma gratuita a esa plataforma través de cualquier dispositivo electrónico.
Sin duda, la restauración de la salud mental para que cada persona tenga la mejor calidad de vida posible es una tarea de todos.
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