¿Por qué se forman cálculos en los riñones o en la vejiga?
En todo el mundo, se estima que las probabilidades de que los hombres tengan cálculos supera a las de las mujeres. Los cálculos renales y de vejiga son depósitos duros que se forman en...
En todo el mundo, se estima que las probabilidades de que los hombres tengan cálculos supera a las de las mujeres. Los cálculos renales y de vejiga son depósitos duros que se forman en los riñones o en la vejiga, y pueden variar en tamaño desde pequeños granos hasta piedras que alcanzan varios centímetros de diámetro. Aunque algunos son tan diminutos que el cuerpo los expulsa sin problemas, otros pueden causar un dolor intenso y complicaciones serias.
[Puedes leer: ¿Se puede hacer algo para evitar los cálculos biliares?]
Los cálculos son formaciones sólidas que se producen a partir de minerales y sales en la orina. Pueden formarse en cualquier parte del tracto urinario, incluyendo los riñones, la uretra y la vejiga. Los cálculos más grandes, con un diámetro superior a 25 mm, pueden provocar un dolor agudo y complicaciones si no se tratan adecuadamente.
Las causas exactas de la formación de cálculos no siempre son claras, pero existen varios factores de riesgo que pueden contribuir a su desarrollo:
Las estadísticas indican que los hombres tienen mayor probabilidad de desarrollar cálculos renales en comparación con las mujeres. Además, la incidencia de cálculos tiende a aumentar durante el verano, debido a la mayor pérdida de líquidos por sudoración. Aquellos que no beben suficiente agua (se recomienda un consumo de al menos ocho vasos al día) son más propensos a sufrir este problema.
Los síntomas de los cálculos pueden variar según su tamaño y ubicación, pero algunos de los más comunes incluyen:
[Quizás quieras leer: ¿Cuánto afecta a tu cuerpo no beber suficiente agua?]
La buena noticia es que las técnicas modernas permiten tratar los cálculos sin necesidad de cirugía abierta. Algunos de los métodos más comunes incluyen:
La formación de cálculos en los riñones y la vejiga es un problema común que puede ser prevenido mediante una adecuada hidratación y una dieta equilibrada. Si experimentas síntomas asociados con cálculos, es importante consultar a un médico para recibir el tratamiento adecuado y evitar complicaciones futuras.