El 23 de abril la Dirección General de Epidemiología emitió un aviso epidemiológico debido a un incremento de casos de parotiditis en gran parte de México, principalmente en los estados de Tamaulipas (Ciudad Madero...
El 23 de abril la Dirección General de Epidemiología emitió un aviso epidemiológico debido a un incremento de casos de parotiditis en gran parte de México, principalmente en los estados de Tamaulipas (Ciudad Madero y Tampico), Quintana Roo (Solidaridad) y Nuevo León (Monterrey).
Mientras que en 2017 se registraron 4653 casos de paperas, en lo que va del 2018 ya van 2619. Este brote se ha caracterizado por presentarse entre población estudiantil joven.
Para conocer más sobre esta enfermedad, te dejamos un ABC.
La parotiditis, más conocida como paperas, es una enfermedad viral contagiosa, que causa una inflamación dolorosa de las glándulas salivales, las cuales producen la saliva, el líquido que humedece los alimentos y ayuda a la deglución de los alimentos, explica un artículo de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Aunque los adultos pueden contraer paperas, generalmente los afectados son los niños entre cinco y 15 años de edad. Las paperas ocurren con menor frecuencia que otras enfermedades infantiles contagiosas comunes.
Se transmiten a través de la saliva o la mucosidad de la boca, nariz o garganta de una persona infectadas cuando:
Las paperas, —que son más comunes durante el invierno y la primavera— pueden propagarse antes de que se inflamen las glándulas y hasta 5 días después.
Como las personas infectadas se consideran altamente contagiosas, se recomienda que aislamiento durante unos cinco días desde que aparece la parotiditis.
Los síntomas más frecuentes, según los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos, son:
Por lo regular, esta sintomatología aparece entre 16 y 18 días después de contraer la infección, aunque este periodo puede variar entre los 12 y los 25 días después del contagio.
Aunque la inflamación de las glándulas salivales es el síntoma más reconocido de las paperas, éste aparece solo entre el 30 y 40 por ciento de los casos. Algunas personas pueden tener síntomas no específicos y hasta un 20 por ciento de los infectados carece de síntomas y en ocasiones ni se enteran de que tienen la enfermedad.
Regularmente entre los niños las paperas son bastante leves. Sin embargo, pueden ocasionar problemas graves de larga duración como:
Otras complicaciones incluyen artritis y problemas renales, pero la mayoría de las personas se recuperan por completo en unas cuantas semanas.
Hasta antes de 1967, año en que se aprobó la vacuna contra esta enfermedad, las paperas eran un mal frecuente. En Estados Unidos, por ejemplo, se reportaban más de 200 mil casos anuales, pero desde que existe la inmunización, los casos han disminuido a menos de mil al año y las epidemias son poco frecuentes. A diferencia del sarampión y la rubéola, las paperas aún no han sido eliminadas en Estados Unidos.
La mejor manera de protegerse contra las paperas es con la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (llamada triple viral o SRP). Esta vacuna, —elaborada de virus vivos atenuados— en México se aplica a los niños de 12 meses de edad mediante una inyección en el brazo izquierdo, y se refuerza con otro piquete a los 6 años de edad o al ingresar a la escuela primaria. Las personas que adquieren la enfermedad quedan con una inmunidad que generalmente es permanente.
Según el Departamento de salud de Nueva York, la única medida de control efectiva es mantener el nivel más alto posible de inmunización en la comunidad.
Semana Mundial de Inmunización
Del 24 al 30 de abril se lleva a cabo la Semana Mundial de la Inmunización, así que acude al centro de salud más cercano para checar tu esquema de vacunación o el de tus hijos. Además, debido a la alerta epidemiológica decretada por la Secretaría de Salud por la parotiditis, se ofertará la vacunación a todos los susceptibles menores de 10 años.
México es líder en la materia por la aplicación permanente de dosis seguras, efectivas y gratuitas, que previenen 14 enfermedades. Según cifras de la Unicef, la inmunización salva entre 2 y 3 millones de vidas cada año. Las vacunas, al proteger a los niños frente a enfermedades graves, desempeñan una función esencial en el objetivo de poner fin a las muertes infantiles evitables.
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