Un poema épico llegó al cine: Bohemian Rhapsody

¿Es la vida real o es solo una fantasía? Es muy difícil no hacernos esta pregunta cuando vemos en la pantalla la historia de cómo empezó una de las bandas más legendarias de nuestra era, y no solo eso, el viaje del héroe, esta vez es protagonizado por un hombre que marcó no solo el mundo de la música, si no a una comunidad entera.

Llegar a ser una estrella de rock no es un camino fácil para nadie y una adaptación cinematográfica tiene que ser muy justa cuando se trata de contar este tipo de historias, lo hemos visto en el pasado con The Doors dirigida por Oliver Stone y protagonizada por Val Kilmer, o en I´m Not There de Tom Haynes en donde Cate Blanchet interpreta al poeta de la canción Bob Dylan.

En ambos casos los actores han tenido que adentrarse no solo en un personaje, sino en un icono de la cultura popular, una persona que es amada por millones y que es más conocido incluso que gran parte de tu familia.

Hay que tener mucho valor para levantar la mano y decir yo soy el indicado para darle vida a un hombre como Freddie Mercury y Rami Malek lo hace de una manera extraordinaria, hay que tener mucho amor por un personaje para sacar lo mejor de él, para hacer justicia a su historia y para inmortalizar su legado aún más, Rami hizo un excelente trabajo físico, vocal e histriónico.

Una parte fundamental de la película es que, a pesar de ser la historia de Freddie, no eclipsa a aquellos que están a su alrededor, sus tres puntos de apoyo que lo ayudaron a cimentar su carrera, su familia no sanguínea que lo acompaña a lo largo del recorrido a la cima es tan importante como la historia central.

Los personajes de Brian May, Roger Taylor y John Deacon se vuelven entrañables hasta el punto de ponerte de su lado en los enfrentamientos creativos, parecería que estamos viendo un especial detrás de bambalinas en los momentos en que tomaban las decisiones de manera equitativa, por que como Brian May dice “No tenemos nada que perder”; 4 jóvenes con la vida por delante, con una solo oportunidad y con un amigo que no hacía más que empujarlos a ser mejores es la formula perfecta para lograr crear un sonido nuevo y único como lo hizo Queen.

Pero hablemos de la narrativa de la película, el guión se enfoca en dos caminos, por un lado la creación de Queen y su crecimiento, y por el otro el viaje de Freddy, sus inseguridades hablando de su origen y la búsqueda constante de encontrar un lugar en el mundo para él.

La película es una historia de amor, pero no una tradicional entre un hombre y una mujer, habla de todos los amores que vas a encontrar a lo largo de tu vida, empecemos hablando de Mary, la mujer y el amor de su vida, que no puedas estar para siempre en una relación con otra persona, no significa que esta no represente el amor para ti en su forma más pura y honesta; sus compañeros, que representan una hermandad a partir de un lazo irrompible, por que tu familia te va a amar sin importar que tan diva te comportes en la vida; Paul Prenter, el hombre que lo hace tocar fondo y que hace que Freddie mismo se rompa el corazón y por supuesto su familia, sus raíces, quienes al final lo ayudan a volver a tomar impulso y comenzar de nuevo.

Pero la parte más importante de la película es la decisión que tomaron los productores y guionistas de hablar de la parte más importante de Freddie y de Queen, de la creación musical, de la pasión por hacer música, de la hermandad y del mejor concierto de sus vidas.

Freddie nunca quiso ser la imagen contra el SIDA, y al tomar la decisión de no hacerlo en esta película es un acierto muy grande, celebrar a la leyenda por lo que fue, por lo que hizo y por lo que dejó más que por la manera en que se fue de este plano existencial.

Buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras, el mantra que sonaba en la cabeza a lo largo de su vida, el hombre que no podía desafinar si quisiera por que el público lo hacía volar hacia el espacio, un hombre que en 45 años logró regalarnos música que nunca dejaremos de escuchar, “una diva” del rock cómo él decía, que vivió como quiso y nos enseño que jamás debemos dejar que el mundo decida quien o qué somos, tenemos que ser fieles a lo que nos dicta el corazón en cada uno de los respiros que podamos dar en este mundo.