México es el principal exportador de este producto en el mundo y ocupa el cuarto lugar como productor a nivel mundial. Así que ¡salud!
México es el principal exportador de este producto en el mundo y ocupa el cuarto lugar como productor a nivel mundial. Una tercera parte de su producción está destinada para cubrir la demanda en el extranjero.
La cerveza es cualquier bebida alcohólica hecha por la fermentación del grano, igual que el vino es cualquier bebida alcohólica hecha por la fermentación de la fruta. En la gran mayoría de las cervezas del mundo, la base de grano es la cebada.
La producción de cerveza se llama fermentación, que implica la fermentación de azúcares, principalmente derivados de almidones de grano de cereal, más comúnmente de cebada malteada, aunque el trigo, el maíz y el arroz son ampliamente utilizados.
La mayoría de la cerveza está aromatizada con lúpulo, que añade amargura y actúa como un conservante natural, aunque otros aromas como hierbas o frutas pueden ser ocasionalmente incluidos.
La cerveza es una de las bebidas más antiguas del mundo, posiblemente remontándose al Neolítico temprano o 9500 antes de Cristo, cuando el cereal comenzó a cultivarse. Se ha registrado en la historia escrita del Antiguo Iraq y del Antiguo Egipto.
Los arqueólogos especulan que la cerveza fue un instrumento importante en la formación de civilizaciones. Aproximadamente hace 5000 años, los trabajadores en la ciudad de Uruk (Iraq) fueron pagados por sus patrones con cerveza.
Durante la construcción de las Grandes Pirámides en Giza, Egipto, cada trabajador recibía una ración diaria de cuatro a cinco litros de cerveza, lo que les servía tanto de nutrición como de refresco.
Los beneficios de la cerveza para la salud son múltiples: mejora la salud cardiovascular, previene la diabetes, reduce el riesgo de desarrollar cálculos renales, previene los accidentes cerebrovasculares, fortalece los huesos, mejora la calidad del sueño, previene el resfriado común y otros que a continuación te explicaré.
Aunque estas propiedades son numerosas, son relativamente poco conocidas debido al temor presente en la comunidad médica sobre el posible consumo en exceso. Por otra parte, es importante tener en cuenta que estos beneficios se dan con un consumo moderado.
Un equipo de investigación de la Universidad de Scranton en Pennsylvania, encontró que la cerveza negra y en general las cervezas oscuras pueden reducir la incidencia de ataques al corazón.
También existen estudios de casos que han demostrado una relación entre el consumo moderado de alcohol (especialmente de cerveza o vino) con una disminución de eventos cardiovasculares y mortalidad.
Sin embargo, estos estudios subrayan como claramente perjudicial para el sistema cardiovascular el exceso del alcohol, por lo que más de tres cervezas diarias dejan de ser beneficiosas.
Al parecer, los hombres de mediana edad que beben dos cervezas al día pueden reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2, según la Escuela de Harvard de Salud Pública.
El estudio publicado en el 2011 por la revista American Diabetes Association, examinó los datos de 38 mil hombres estadounidenses de mediana edad durante un período de 20 años (entre 1986 y 2006), los cuales fueron entrevistados cada cuatro años durante todo el proceso.
Aunque dos cervezas ayudan, el estudio también investigó cómo los cambios en el consumo de alcohol (disminuirlo o incrementarlo) también afecta el riesgo de diabetes tipo 2.
Indicaron que su propósito no es el de incitar a la práctica de su consumo sin un acompañamiento médico, sino el de publicar estudios que puedan darnos a todos una idea sobre los beneficios del consumo moderado de alcohol.
Un estudio sugiere que el riesgo de desarrollar cálculos renales disminuye al aumentar el consumo de cerveza.
Los investigadores finlandeses, dirigidos por el Dr. Tero Hirvonen del Instituto Nacional de Salud Pública de Helsinki, estudiaron a 27.000 hombres de mediana edad y llegaron a la conclusión de que una botella de cerveza por día reduce el riesgo en un 40 por ciento.
Los autores del estudio observaron que tanto el agua como el alcohol que se encuentra en la cerveza aumenta el flujo de orina y la diluyen, lo que reduce el riesgo de formación de piedras.
Además, aseguraron que el alcohol también puede aumentar la excreción de calcio, lo que constituye la principal causa de los cálculos renales.
Según la Escuela de Harvard de Salud Pública, existe una conexión entre el consumo moderado de alcohol y un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, tanto en los hombres como en las mujeres.
Al parecer las personas que beben cantidades moderadas de cerveza pueden reducir el riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares hasta en un 50 por ciento en comparación con los no bebedores.
Los accidentes cerebrovasculares isquémicos son el tipo más común de accidente cerebrovascular y se producen cuando un coágulo de sangre bloquea el flujo de sangre y oxígeno al cerebro.
Sin embargo, cuando se bebe cerveza las arterias se flexibilizan y el flujo sanguíneo mejora significativamente. Como resultado, no hay ninguna formación de coágulos de sangre, y el riesgo de sufrir un derrame cerebral es menor.
Como en otros casos, también comprobaron que se produce un efecto totalmente adverso cuando se abusa del alcohol.
Los investigadores del Centro de Investigación de Nutrición Humana sobre el Envejecimiento “Jean Mayer” (HNRCA) en Tufts, encontraron una asociación positiva entre la cerveza (y el vino) y una mayor densidad ósea. Los resultados sugieren que el consumo regular y moderado de cerveza o vino puede tener efectos protectores sobre loa huesos.
Investigaciones anteriores sugieren que el consumo moderado de alcohol en hombres y mujeres posmenopáusicas puede protegerlos contra la pérdida de la densidad mineral ósea, el cual es un importante factor de riesgo para la osteoporosis, según Katherine Tucker, de la HNRCA.
Sin embargo, los autores observaron el efecto contrario en los hombres que consumieron más de dos porciones de licor por día, ya que mostraron una menor densidad mineral ósea en la cadera y en la columna vertebral.
De acuerdo con la investigación realizada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, tomar una ínfima porción de 15 mililitros de cerveza (el equivalente a una cucharada), estimula la producción de dopamina en el cerebro, un compuesto químico que se utiliza para tratar el insomnio.
Sin embargo, los investigadores tienen diferentes interpretaciones de la función del neurotransmisor. En el estudio también revelaron que durante varias décadas se ha vinculado a la dopamina con el consumo de varias drogas de abuso.
Resulta que la cerveza con moderación puede reducir el riesgo de cataratas hasta en un 50 por ciento según un estudio presentado en el Congreso Internacional de Sociedades de Química cuenca del Pacífico.
Las cervezas, en particular la cerveza negra, contiene altos niveles de productos químicos antioxidantes y estos protegen las mitocondrias contra las cataratas.
Los investigadores piensan que puede ser uno de los factores que contribuyen al menor riesgo de esta afección en las personas que toman una cerveza al día.
El equipo de la Escuela de Medicina de la Universidad Loyola de Chicago, analizó los datos de más de 365,000 personas que tomaron parte en 143 estudios que se llevaron a cabo desde 1977. Concluyeron que los bebedores moderados (una a dos cervezas al día) tuvieron un 23 por ciento menos probabilidades de desarrollar demencia, enfermedad de Alzheimer y otras formas de deterioro cognitivo.
Los investigadores aseguraron que no está claro por qué el consumo moderado puede reducir el riesgo de demencia y deterioro cognitivo, pero una premisa sugiere que el alcohol puede mejorar el flujo sanguíneo en el cerebro y por lo tanto su metabolismo.
Otra teoría sugiere que pequeñas cantidades de alcohol pueden hacer que las células cerebrales se encuentren más en forma y aumenten su capacidad para hacer frente a grandes niveles de estrés que con el tiempo pueden causar demencia.
Por otro lado, los investigadores advirtieron que pudieron corroborar que el un alto consumo (más de tres bebidas alcohólicas al día) se asoció con un mayor riesgo de demencia y deterioro cognitivo.
Un estudio realizado a más de 11 mil hombres con hipertensión concluyó en que el consumo moderado de alcohol (dos cervezas al día) disminuye el riesgo de sufrir esta afección.
Por el contrario, aquellos hombres que tomaron más de lo recomendado, incrementaron su riesgo.
El Departamento de Psicología de la Universidad Carnegie Mellon encontró que mientras que la susceptibilidad a la gripe común se incrementó por el tabaquismo, el consumo moderado de alcohol condujo a una disminución de los casos de resfriado común para los no fumadores. Este estudio se llevó a cabo en 1993 con 391 adultos.
La cerveza contiene fibra, que actúa como un laxante natural. También disminuye la velocidad a la que los alimentos salen del estómago, lo que significa que suprime el apetito.
Según un estudio de la Universidad de Washington, tomar una cerveza también tiene beneficios sociales ya que puede darnos un poco de valor para una primera cita, o “aflojarnos” en una reunión familiar o evento social.
Sin embargo, algunas personas continúan bebiendo debido a que piensan que si una es buena, muchas serán aún mejor, pero todos sabemos cómo pueden terminar estas historias.
La cerveza aumenta la potencia y los efectos de la vitamina E, que es un antioxidante importante en el cuerpo, por lo que puede ralentizar el proceso de envejecimiento.
Por el contrario, el abuso del alcohol nos hará envejecer más rápido.
La cerveza posee una serie de propiedades digestivas, que incluyen la estimulación de gastrina, ácido gástrico, colecistoquinina y las enzimas pancreáticas. Sólo se necesita una al día.
Tomar una cerveza ayuda como diurético y aumenta significativamente la micción. Esto facilita el aumento de la eliminación de toxinas y del material de desecho del cuerpo.
