Quizá ponerte en los zapatos de los profesores te ayude a entender mejor sus formas de dar clases y hasta hará que entiendas mejor a tus hijos.
Quizá ponerte en los zapatos de los profesores te ayude a entender mejor sus formas de dar clases y hasta hará que entiendas mejor los procesos de aprendizaje de tus hijos.
Si tienes alguna duda, háznosla saber. También nosotros queremos que tu hijo aprenda. Abrir canales comunicativos entre profesores y padres de familia genera lazos que ayudan a los estudiantes a dar lo mejor de ellos mismos.
Tener un sistema de reglas en casa puede ayudar a los estudiantes a comportarse mejor en la escuela. Reconocer que se portaron bien en la escuela hará que tus hijos se esfuercen por comportarse así con mayor frecuencia.
Los métodos de enseñanza han cambiado mucho a lo largo del tiempo, así que no te sorprendas porque las tareas de tus hijos son distintas a las que hacías tú. No les digas que no utilicen cierto método matemático porque tú no lo aprendiste.
Investiga y pregúntale a tu profesor cómo puedes familiarizarte con los métodos de enseñanza que está utilizando para que puedas resolver las dudas que tenga tu hijo.
Que tu hijo comience un diario desde chico es una muy buena idea. Pueden hacerlo con dibujos o con notas sencillas sobre su día. Esto les ayudará a proponerse metas, y será un espacio seguro para sus emociones.
Nunca es buena idea mandar a tu hijo a la escuela el día inmediatamente después de un vuelo. La mayoría de las veces están cansados y no pueden concentrarse bien.
Tampoco planees vacaciones durante los primeros días del ciclo escolar: esto sólo hará que tu hijo se sienta presionado por ponerse al corriente cuando regrese.
Muchos padres no entienden que sus hijos también aprenden mucho cuando juegan con otros niños. Jugar tiene muchos beneficios para su desarrollo.
Por ejemplo, así es como los niños aprenden ciertas habilidades sociales como a negociar, comunicarse y a entender cómo funcionan sus cuerpos.
Los estudiantes a los que recordamos son los más felices, respetuosos y tiernos, no necesariamente recordamos a los que tienen las calificaciones más altas.
Quizá tu hijo sea el centro de tu universo, pero en el mío hay otros 25 niños que también necesitan que les preste atención.
Antes los niños salían a jugar después de la escuela y resolvían otros problemas. Ahora las computadoras y demás aparatos con los que los niños pasan el día han hecho que pierdan habilidades para comunicarse. Ya no saben cómo manejar sus sentimientos así que sólo le piden a los demás que los solucionen.
Los niños hablan sobre todo lo que escuchan: tu situación financiera, tu religión, sobre política, hasta sobre la vasectomía que le hicieron a su padre.
Ya tenemos muchas tazas, peluches y cuadros, pero una tarjeta de regalo de alguna librería es siempre bienvenida. Hasta una tarjeta de agradecimiento es un regalo increíble.
Amamos los días soleados y los puentes tanto como los ama tu hijo.
Recientemente me lo encontré y me dijo que se acaba de graduar de la universidad. Eso hizo que todo valiera la pena.
Han venido padres de familia, directivos de sus propias compañías, a decirme cómo hacer mi trabajo. A mí jamás se me ocurriría llegar a su oficina a decirles cómo hacer el suyo.
Y no nos vamos 10 minutos después que ellos. La verdad es que trabajamos muchas horas extras.
Que tu hijo diga que ya hizo su tarea no quiere decir que, en efecto, hizo su tarea. Tú debes asegurarte de que la haya hecho, todas las noches.
Enseñar no es tan maravilloso siempre. Tenemos estudiantes irrespetuosos y padres beligerantes que nos hacen odiar nuestro trabajo muchas veces.
Muchos padres le dan regalos costosos a sus hijos todo el tiempo, pero lo que en verdad necesitan es que hables con ellos. Los niños necesitan saber que te interesas por sus vidas.
Tomado de rd.com 40 Things Your Child’s Teacher Wants You to Know
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